Ha tiempo atrás, existía un bosque, un bosque frondoso y fructífero, cuyos límites no existían. En el vivían infinidad de especies, pero entre ellas predominaban tres. Unos eran los conejos, trabajadores y resignados, otros eran los cuervos inteligentes y astutos pero desleales, y por último y ante todos, existía una minoría de ciervos.
Tras años de felicidad y prosperidad, el bosque fue alcanzado por llamas. Los animales, frenéticos, daban vueltas y se escondían en sus escondrijos. Por un lado los conejos, sin ver ninguna solución, se resignaron y abandonaron cualquier esperanza dejando su suerte en las llamas. Por otro lado, los cuervos, hábiles y ladinos, se desentendieron del bosque, su hogar, evitando para ellos la catástrofe. Por último, los ciervos, buscaron distintas soluciones y, no sin dificultad, afrontaron la situación.
Egos
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