Condicionantes, pequeños alicientes que fuerzan la prevalencia, indignos son los ojos del señor con los que mira al rebaño sabiendo que no serán nunca como ellos, que no alcanzarán su condición. ¿Qué padre es el que no desea que algún día sus hijos les superen en destreza? ¿Dónde esta su misericordia y su perfección?, falacias y no otra cosa son. Por ende, puedo decir, como no mejor de otro modo, bastardos son los hijos de Dios.
¿Cómo un padre puede abandonar a la suerte, tan ramera y traidora, a su hijo? Dios, si existes, escóndete muy lejos, huye donde tus hijos no te encuentren para que no repitan las hazañas cometidas a Cronos. Nos devoras sin piedad, nos arrojas a un mundo repleto de dificultades, repleto de peligros y atrocidades, y todavía te damos las gracias en un falso rito. Hoy, te daré una mala noticia, Zeus no me llamo, e inmortal no será mas que mi nombre, pero como él hizo, liberaré a mis hermanos de tu vientre, aunque tenga que para ello rajarlo, aunque a muchos les pese, aunque sea lo último que haga.
Leviatán protector, falso redentor enviaste a la tierra con dádiva promesa y puñal oculto a un pobre ser, el cual es el que menos culpa tiene para a través de su entumecida mente cautivar a tus hijos, para apresar sus libertades, para matar con su fe inquebrantable.
Maldito sea el buen pastor que abandonó al rebaño para salvar al descarriado, pues volvió y mató al resto de bondadosos que lo formaban, eso es lo que consiguió, eso y no otra cosa, la muerte de sus prójimos, la muerte de los puros pues las malas hierbas acaban con las buenas de alrededor, comiéndoselas como hizo Saturno con sus hijos, como hace la viuda negra tras acabar su cometido, como hace Él tras nuestro perecimiento ante la muerte.
Llamamiento a la salvación, llamo a la rebelión, hermanos, no tengáis miedo a represalias, no tengáis miedo a un futuro incierto, pues no existe el futuro, al igual que no existe el pasado. Solo existe el presente, el que tienes en tus manos y el que cada minuto que caminas se convierte en una nueva opción, en un nuevo camino, no lo tienes escrito. La vida es el camino, en el camino está la verdad, y la verdad está en la vida. Compañeros, bienaventurado sea el valiente, bienaventurado sea el mal pastor que no sacrifique, bienaventurado sea el que no permita injusticias, el que no ofrezca su muerte por nosotros sino su vida. La muerte es de cobardes, lo difícil esta en la vida. Desde la muerte no cambiamos las cosas, se cambian desde la vida, única y finita. Hermanos, seguid a vuestra sombra del sur, a vuestra estrella del norte, pues huérfanos son los hijos de Dios.
Tony.
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